Detrás de la bodega Vinocéros se encuentra Christophe un viticultor de la región de Occitania, antigua Llanguedoc Rousillon.

Christophe trabaja 11 hectáreas a unos 30 km del mar. Las viñas tienen entre 20 y 80 años y la viticultura se basa en los principios biodinámicos.

En la bodega no se utiliza ningún aditivo y los vinos son naturales en todos los sentidos. Los vinos son frescos y representan la tierra de la que nacen.

Fue en 2014 cuando se creó Vinocéros y, a través de sus botellas, una misión: compartir su amor por el vino sin comprometer su amor por la naturaleza.

Inspirado por sus abuelos, cuya filosofía era producir todos sus productos sin aditivos, Christophe siempre ha tenido la sensibilidad de consumir productos de origen sostenible y de gran calidad..

A través de su vino, busca combinar el placer del sabor y el compartir, sin olvidar el respeto. Esto implica no solo el respeto por nuestro planeta, eligiendo solo uvas orgánicas, sino también el respeto por sus productores al pagarles un precio justo. Christophe produce vinos naturales. Son invitaciones a la exploración y al compartir, todo esto fruto de su imaginación.

“Lo orgánico es el futuro. Solo tenemos un planeta y quería emprender una actividad que preservara no solo mi salud, sino también las tierras de cultivo y mis clientes. No parto del supuesto de que yo solo pueda cambiar las cosas, pero al menos puedo actuar y realizar acciones a mi nivel.”