Cacique Maravilla

Yumbel / Bío Bío / Chile.

Cacique Maravilla es una bodega con una historia que se remonta a más de 300 años, cuando la familia Gutiérrez plantó sus primeras cepas en las tierras del Secano Interior de Santa Lucía de Yumbel, en el sur de Chile, durante el final de la Guerra de Arauco. En un terreno de trumao, un suelo volcánico típico de la región, la familia cultivó vides traídas desde el Viejo Mundo. Esta plantación fue una de las primeras en ser inscrita en Chile, marcando el inicio de un legado vinícola que perdura hasta hoy.

Actualmente, la séptima generación de la familia, liderada por Manuel Moraga, continúa con la tradición en el Valle del Río Bío Bío, trabajando una finca de 80 hectáreas, de las cuales 16 son viñedos. La finca, además, se dedica a la horticultura y a la crianza de diversos animales, como caballos, vacas, ovejas y cerdos. La bodega se distingue por su enfoque ecológico y biodinámico, respetando la naturaleza y trabajando la viña con el uso de caballos para realizar las labores agrícolas, lo que refleja el compromiso de la familia con la sostenibilidad.

El objetivo de Cacique Maravilla es crear vinos auténticos, frescos, jugosos y llenos de vida, sin intervención en la bodega y sin el uso de sulfitos, permitiendo que cada vino exprese con pureza el carácter único de la región del Bío Bío. Sus vinos son elaborados a partir de cepas autóctonas y antiguas, algunas de las más viejas de Chile, lo que les otorga una identidad particular. Es por esta razón que en la zona se le conoce cariñosamente como “Cacique Maravilla”, en honor a la dedicación de la familia. Cultivan las siguientes variedades: Moscatel de Alejandría, Cepa País, Cabernet Sauvignon, Malbec, Torontel y Corinto.

Cacique Maravilla representa un legado de tres siglos de pasión por el vino, la autenticidad y la conexión profunda con la tierra, preservando el patrimonio natural de la región y compartiendo con el mundo vinos que celebran la vida y la tradición.

Misión de Manuel Moraga en Cacique Maravilla

La misión de Manuel Moraga en Cacique Maravilla es continuar con el legado de su familia, elaborando vinos auténticos que expresen el carácter único del Valle del Río Bío Bío. Su objetivo es producir vinos naturales, frescos y llenos de vida, respetando profundamente la naturaleza y el medio ambiente. Para ello, trabaja de manera ecológica y biodinámica, sin intervenciones en la bodega y sin el uso de sulfitos, buscando preservar el legado natural de la región. Manuel también se dedica a mantener una conexión genuina con su tierra, utilizando prácticas agrícolas sostenibles y respetando las tradiciones vinícolas que le fueron transmitidas por sus antepasados, con el fin de ofrecer vinos que reflejan la esencia de la región y su rica historia vinícola.

Evento imperdible para profesionales de la hosteleria, distribuidores e importadoras interesadas en el sector del vino natural

Sumérgete en una experiencia única con más de 500 vinos naturales y biodinámicos de 78 bodegas excepcionales de 13 países. Desde las regiones más icónicas de España, Francia e Italia, las más destacadas regiones vitivinícolas de Eslovaquia, Georgia y Chile, cada botella está certificada y cuidadosamente seleccionada para garantizar autenticidad y calidad.

Este es el evento imperdible para sommeliers, amantes del vino natural y profesionales del sector. Degusta lo mejor de cada bodega, conecta con los viticultores detrás de cada etiqueta y explora el fascinante sector del vino natural.

*En la feria Vella Terra se verifican los vinos de las bodegas participantes mediante análisis para asegurar que cumplan con nuestros estándares y ofrezcan autenticidad y transparencia en el evento para el visitante consumidor final. Nuestras bodegas elaboran vinos utilizando levaduras naturales propias, sin filtrar ni clarificar, sin aditivos enológicos y con sulfitos naturales generados durante la fermentación. En caso de añadir sulfitos, el máximo permitido es de 30 mg/l, cumpliendo así con los estándares de la feria. Más info aquí.

Nota: Mientras que los vinos convencionales pueden contener un máximo total de “sulfitos” (SO2) de 200 mg/l, aquellos con certificación ecológica están limitados a 150 mg/l según el Reglamento de Ejecución (UE) núm. 203/2012. Además, los vinos ecológicos pueden incluir otros aditivos (hasta 120 permitidos) y el uso de levaduras comerciales.