El pasado 17 de julio, estuvimos presentes en la IV edición de Vinyes Lliures, un evento en cuya fundación participaron 5 bodegas naturales bajo la dirección de Joan València, de Cuvee 3000 (distribuidora catalana pionera en especializarse en los vinos naturales). Este año se celebró en la casa de Massimo y Antonella, de Partida Creus (Bonastre, Tarragona), ya que una de las particularidades de Vinyes Lliures es que sea itinerante y que cada edición haga conocer al público amante de lo natural la casa de uno de los productores participantes.
Todo empezó cuando Joan València, se movilizó para darle la importancia que se merece al Penedès, juntó, en el 2013, a las 5 bodegas que probablemente en aquel entonces mejor representaban el “terroir” de esta comarca: Partida Creus, Mas Candí, Porcellànic, Clot de les Soleres y el siempre recordado Rafael Sala.
El éxito de la idea ha hecho que se contagie a otros productores y áreas vinícolas hasta llegar, actualmente, a sus 9 representantes. Así, además de los ya citados, pudimos catar los vinos de Oriol Artigas, Celler Tiques, Clos Lentiscus, Vinya Oculta y La Salada. Todos ellos han participado, al menos una vez, en Vella Terra.
La velada se celebró con la armonía y espontaneidad que caracterizan este tipo de eventos. El patio de la bodega de Massimo y Antonella ha sido el lugar perfecto para relajar la mente mientras transcurría la cata y muchas presentaciones de nuevas añadas.
Ha sido realmente difícil, en tan poco tiempo y con tanta afluencia de público, centrarnos en más de 5 bodegas. Casi por casualidad, empezamos a catar las últimas creaciones de Oriol Artigas, viticultor, enólogo y profesor en el GFGS de Marketing y Publicidad del Vino. Él nos presentó las nuevas añadas de su proyecto en el Maresme: la Canya, la Rumbera, la Bella, la Bestia y el Prats, vinos exentos de cualquier intervención y, sobre todo, vinos que, por fin, identifican un territorio que, a nivel vinícola, estaba abandonado en manos de pequeñas o grandes cooperativas de pueblo.
Justo al lado de Oriol, encontramos a Montse y Carles, de Clot de les Soleres, auténticos pioneros de este movimiento. Desde hace más de una década, su coherencia se manifiesta en sus vinos monovarietales, donde siempre dejan que el mosto se exprese libremente, sin añadirle o quitarle nada. Catamos los Macabeu y Xarel-lo 2015; el Chardonnay 2016 y, por último, una de sus novedades, el Cabernet Sauvignon en ánfora, un auténtico placer.
Seguimos y nos paramos un rato con Manel Avinyó. Tuvimos el placer de conocer, por primera vez, a su hija Nuria, que promete ser presente y futuro de la bodega. Clos Lentiscus es la primera y única bodega especializada en el método champenoise que, con coraje, se lanzó al mercado hace dos años también con el método ancestral. Con éste vinifica tres referencias monovarietales, Macabeu, Sumoll y Xarel.lo.
Una sola y única fermentación en botella, un vino todo expresión, frutal y vegetal.
Pasamos también por el banco de La Salada de Toni Carbò con su Tinc Set Ancestral un espumoso ancestral elaborado con las variedades autóctonas Macabeu y Xarel·lo. Enfriando la uva a 3º-4º y se fermentan las dos variedades juntas, levaduras incluidas, hasta la densidad justa para su posterior embotellado, una vez allí el final de fermentación dura 8 meses. Este es un espumoso seco pero afrutado, fácil de beber y refrescante.
Por último, nos dedicamos a Porcellànic. Empezamos catando su Xarel.lo 2011, siempre cargado de notas vegetales y vitalidad. Probamos también el “orange” de Ton, pocas veces se puede encontrar este estilo de vino tan ligero en boca. Por ultimo tuvimos la suerte de poder catar la Macabeu 2016: después de 5 años sin poder sacar ninguna nueva añada, debido a diferentes dificultades, probamos este puro zumo de uva al que le falta muy poco para convertirse en un gran vino y formar parte de la familia Porcellànic.
Nos fuimos bastante tarde, pero sin dejarnos el lujo de una visita subterránea a las entrañas de la bodega de Massimo y Antonella. Nos mandaron a dormir con un ‘’Brutal” en todos los sentidos. Hacía falta este ultimo toque, después de tantos vinos tan vivos y tan bien hechos.
Siempre es un placer poder compartir una tarde en compañía de estos artesanos. Con ellos, insistimos en el deseo de divulgar y hacer conocer a cuanta más gente mejor la virtudes de este mundo tan espontáneo y natural.
Foto: Sol Muschetto