João Tavares de Pina esta detras de Quinta da Boavista que se encuentra en las laderas del sur del río Dão, una de las regiones vinícolas más antiguas de Portugal. 

João comenzó a hacer vino en 1990, aunque la finca familiar data de 1650. Tomó una decisión clave al alejarse de los vinos portugueses tradicionales, más pesados, para aventurarse en un nuevo terreno: vinos ligeros, frescos y llenos de energía. Estos vinos, con bajo grado alcohólico (10.5-11.5%), celebran “el lado verde de la vida”. Identificado firmemente dentro del movimiento de vinos naturales, João es un pionero en su tierra y le gusta decir que simplemente elabora vinos que a él mismo le gusta beber.

La Quinta da Boavista abarca 40 hectáreas, de las cuales 13 están plantadas con viñas. João y su esposa Luísa fomentan la policultura y se han embarcado en un esfuerzo rehabilitador para devolver una parte significativa de la tierra a su estado natural, lo que mejora la salud del suelo. Junto a las viñas más antiguas, han creado un vivero donde cultivan variedades autóctonas que estaban al borde de la extinción.

Los viñedos se sitúan a unos 500 metros de altitud, rodeados de robles, pinos y eucaliptos, y están protegidos por tres cordilleras que moderan el clima. Las viñas están entrelazadas con cultivos de cobertura que estabilizan el suelo, compuesto de granito y arcilla, y actúan como repelentes naturales de hongos. João destaca: “Sin un ecosistema fuerte, no tenemos nada”.

Los vinos de Quinta da Boavista son jóvenes, frescos y vibrantes. No encontrarás en ellos sabores confitados ni frutas negras, sino una gama de texturas y sabores ligeros, representativos del valle del Dão. Los vinos no son filtrados ni clarificados y están elaborados mediante fermentación espontánea con levaduras autóctonas.

Mision de João Tavares en Quinta da Boavista

La misión de João Tavares en Quinta da Boavista es producir vinos que expresen la frescura, energía y autenticidad del terruño de la región del Dão, mientras promueve un enfoque sostenible y regenerativo en la viticultura. João busca recuperar variedades autóctonas casi extintas y devolver la tierra a su estado natural, fomentando la biodiversidad y mejorando la salud del suelo. Con una filosofía que prioriza un ecosistema equilibrado y una viticultura de bajo impacto, su objetivo es crear vinos ligeros, vivos y genuinos, sin artificios, que reflejen el entorno y que él mismo disfrute beber.